El presidente Alberto Fernández anunció el envío al Congreso de los proyectos de la interrupción voluntaria del embarazo y del Plan de los 1.000 días, y consideró que “la legalización del aborto salva vidas de mujeres y preserva su capacidad productiva, muchas a veces afectada por abortos inseguros”.
En un mensaje que difundió por las redes sociales, Fernández aseguró que “el Estado no debe desentenderse” y pidió un “diálogo franco” y de “respeto” en el Congreso de la Nación.
“El debate no es decirle sí o no al aborto. Los abortos ocurren en forma clandestina y ponen en riesgo la salud y la vida de las mujeres que a ellos se someten”, afirmó.
El mandatario agregó que “las mujeres más vulnerables y en situación de pobreza son las mayores víctimas de nuestro sistema legal” y señaló que “ellas deben someterse a prácticas inseguras por no poder costear lo que un aborto implica”. “Muchas de ellas mueren en el intento o quedan afectadas en su salud por siempre”, argumentó.
En ese sentido, dijo que el “dilema a superar es si los abortos se practican en la clandestinidad o en el sistema de salud argentino“. Y agregó: “la legalización del aborto no implica una carga extra para el sistema de salud. Los procedimientos validados y que se utilizan con estándares de la OMS, son en su mayoría ambulatorios, no quirúrgicos y farmacológicos”.
Sobre el programa de los 1.000 días, sostuvo que busca “bajar la mortalidad, malnutrición y desnutrición, además de prevenir la violencia protegiendo los vínculos tempranos, el desarrollo emocional y físico y la salud integral de las personas gestantes y de sus hijos hasta tres años de vida”.
La Capital
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