El presidente Alberto Fernández aseguró este martes que el principio de acuerdo con el FMI no implica que la Argentina deba hacer una reforma laboral ni una previsional, al tiempo que afirmó que “en Argentina se acabaron los tarifazos”.
Al pronunciar el discurso de apertura del período 140° de sesiones ordinarias del Congreso nacional ante la Asamblea Legislativa, el primer mandatario dijo que el acuerdo con el FMI será “sin políticas de ajuste y con incremento del gasto real en todos los años del programa” y subrayó que “no contempla restricciones” que posterguen el desarrollo del país.
Fernández anunció una “segmentación de subsidios para lograr valores razonables” en los servicios públicos, y cuando descartó una reforma previsional agregó que “la edad jubilatoria no será alterada”.
El Presidente aseveró que el Gobierno “llegó a un acuerdo con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) que permite generar certezas” para el futuro, y aseguró que el entendimiento con el organismo “fue el mejor al que se podía llegar”.
Además, sostuvo que “la temporada fue histórica” y “muestra lo que puede hacer el Estado junto a las empresas con la inversión pública”.
“Convicciones firmes”
Fernández sostuvo que gobierna “con convicciones firmes y con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos y argentinas”, y aseguró que, a pesar del “desaliento que atrapa a algunos”, el país está “volviendo a ponerse de pie” tras la pandemia de coronavirus.
Su mensaje ante la Asamblea Legislativa se inició unos minutos antes del mediodía y, en primer lugar, el Presidente abordó la crisis bélica en Ucrania al condenar la “invasión” de la Federación Rusa, tras lo cual pidió un minuto de silencio por las víctimas, así como por los muertos que dejó la pandemia de coronavirus.
Luego de pedirle “una oportunidad a la paz”, Fernández recordó que “la Argentina es parte de ese mundo” y habló de los posibles impactos que puede sufrir un país que, desde hace dos años y con la pandemia de coronavirus, atravesó “uno de los peores momentos” de su historia.
Acto seguido, el Presidente repasó las acciones realizadas por el Estado para mitigar los efectos de la Covid-19 y resaltó que hoy el país “exhibe los mayores porcentajes de vacunación en un podio que comparte con China y España”.
A continuación, la economía tuvo el capítulo más extenso y central del discurso del jefe de Estado.
En ese marco, Fernández recordó que fue su antecesor, Mauricio Macri, quien “decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional” sin consultar al Congreso y que los miles de millones de dólares no quedaron en el país sino que sirvieron para “financiar la fuga de capitales”.
Cuando el Presidente anunció que lo acordado no releva al Poder Judicial en su obligación de determinar “quiénes fueron los responsables de tanto desatino”, una parte de la bancada de Juntos por el Cambio se retiró a los gritos del recinto.
Sobre el nuevo acuerdo con el FMI, al que calificó de “entendimiento inusual”, Fernández aseguró que “no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el Gobierno anterior”, sino que es una refinanciación.
En su mensaje, Fernández -quien pocas semanas atrás visitó Beijing- anunció que ayer recibió “la confirmación del gobierno chino” para la ampliación y uso del Swap con ese país.
Respecto de la inflación, señaló su naturaleza “multicausal”: “Seguiremos la senda de ordenar las cuentas públicas sin condicionar nuestras políticas de justicia social”.
Acompañado en el estrado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el jefe de Estado también hizo referencia al desarrollo productivo con una “transición ecológica justa”, a la economía popular, a proyectos para revitalizar la educación postpandémica, a la infraestructura, a la ciencia y tecnología.
Respecto del Poder Judicial, dijo que se necesita “una reforma integral del sistema de administración de justicia federal” y aseveró que “la conformación y funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia también debe ser objeto de análisis y decisión en este ejercicio legislativo”.
A 40 años de la guerra de Malvinas, Fernández reiteró que la Argentina continúa “su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía” sobre esa parte del “territorio que se encuentra usurpado”.
“Esta época bisagra de la historia, de la Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo. Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro”, concluyó su discurso.
Comments